Estimados colegas,
Ya han pasado cinco años desde que me decidí a participar en Colegio intensamente, formando parte de la Junta Directiva como vocal de Junta de Gobierno, y conté con vuestra confianza. De un modo inesperado, ante la candidatura de Patxi como Decano, me vi en la tesitura de aceptar su propuesta de ostentar la presidencia. Fiel a mi motivación inicial acepté, de buen grado, con la intención de trabajar con compromiso y dedicación.
Posiblemente estas palabras debiera haberlas escrito hace un tiempo, pero lo he demorado “sin quererlo” pues la sensación del momento es confusa. Por un lado, me siento satisfecho con lo realizado, sin embargo, me inquieta no haber podido concluir unas cuantas acciones duramente trabajadas. Todo lo conseguido ha sido fruto del compromiso, esfuerzo y buen hacer de todos los miembros de la Junta, fantásticos compañeros que hemos trabajado al unísono y con un consenso admirable. Esto me tranquiliza, pues sé positivamente que se seguirá incidiendo en defender las cuestiones que a todos nos preocupan y trabajarán para cerrar esos capítulos y explorar muchos otros.
Podría relatar muchos de los asuntos que han prosperado y los que no, todos perseguidos con el mayor de los esfuerzos, pero no quiero quitaros más tiempo a estas alturas. Algunos, importantes, siguen su camino que, a buen seguro, la renovada Junta con las incorporaciones de Begoña García y Guillermo Garbisu y Santiago Iribarren a la cabeza, vigilará con celo. Este ya está informado de estas cuestiones, y también de lo poco y mal que contamos la labor realizada (me llego a cuestionar si es un defecto propio de nuestra profesión). Asignatura pendiente.
Representar a un grupo tan heterogéneo no es fácil y supongo que en algunas ocasiones las opiniones vertidas no habrán sido del agrado de todos. El compromiso al que someten los medios no es fácil de lidiar, pero el silencio otorga. Y si no estamos, no existimos. Algunas veces mi vehemencia habrá sorprendido a alguno. Os pido disculpas si alguien no se ha sentido representado más allá del fin último de cada acción.
Lo que sí quiero es agradeceros la confianza, cercanía y apoyo que he recibido en cantidad de ocasiones y animaros a que hablemos, debatamos y compartamos los asuntos de nuestro interés de un modo generoso y corporativo, el mejor vehículo para que se nos considere y establezcamos un camino razonable por el que transite esta nuestra querida y necesaria profesión.
También quiero que quede constancia expresa del empeño y dedicación de los vocales salientes, María Azcárate y Óscar Pérez, y su excelente trabajo en la difusión de la Cultura arquitectónica. Meritoria es la implicación del personal de la delegación que siempre responde más allá de lo esperado facilitando la consecución de los objetivos marcados.
Muchas gracias.
Josecho Vélaz Ballesteros
Presidente de la delegación navarra del COAVN